Por fin llegó uno de los días más esperados de este viaje. Hace tres meses reservamos para hoy una visita nocturna en la isla de Alcatraz ya que nos habían recomendado hacerlo con tiempo porque está muy solicitado.
Esta mañana hemos recogido todo el equipaje y salido del albergue ya que hoy ha sido nuestro último día en San Francisco. Teníamos que salir a las 10 de la mañana pero el «amable» encargado nos dejó salir a las 10.30 porque teníamos que ir a recoger el coche que estaba algo alejado del albergue. Hemos cargado la Pussywagon hasta los topes y con todo el peso nos hemos ido a Lombard Street para hacer «unas curvitas», ya que el día que fuimos a verla en transporte público nos quedamos con las ganas. Y sí, los frenos aguantaron el desnivel y las ocho curvas que tiene la calle.
Como teníamos la visita a Alcatraz a las 16.00 hemos estado haciendo tiempo en el Fisherman’s Wharf hasta que ha llegado la hora. A las 15.45, mientras Saly se ha quedado por la zona hasta que hemos acabado el tour (aprovechando para echarse la «typical spanish» siesta en la PussyWagon), el resto hemos hecho la cola para subir al barco que nos llevaría a La Roca.
La isla está a unos 2 kilómetros de la Bahía de San Francisco y la única manera de acceder a ella es con los barcos de la compañía Alcatraz Cruises, que parten desde el Muelle 33. Durante el trayecto de unos 15 minutos hemos podido disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.
Una vez en la isla, y después de recoger una guía en español, hemos puesto rumbo al edificio principal de la visita: la prisión, que está situada en el centro y en lo alto de una pequeña colina. Durante el camino de ascenso un «ranger» nos ha explicado la historia de la isla: antes de convertirse en prisión de máxima seguridad en 1934, fue un fuerte, cárcel militar y faro. Como prisión funcionó hasta 1963. En 1972 pasó a formar parte del Servicio Nacional de Parques, creando la Zona de Parques Nacionales de Golden Gate y Alcatraz.
Durante su etapa como prisión estuvieron recluidos varios personajes famosos entre los que destacan Robert Stroud (el hombre pájaro), Alvin «Creepy» Karpis ( declarado Enemigo Público número 1) y Al Capone (conocido como Scarface), entre otros. Muchos de ellos fueron trasladados desde otras prisiones a Alcatraz por ser problemáticos.
Antes de entrar en el edificio y de recoger una audioguía, hemos visto una pintada en una torre de agua que decía «Peace and Freedom. Welcome Indians» (Paz y Libertad. Indios son bienvenidos) ya que después del cierre de la prisión, la isla fue ocupada por una grupo de activistas indios durante 19 meses. También desde el embarcadero hemos visto el texto «Indians are welcome» (Indios son bienvenidos) sobre el cartel oficial de la penitenciaría.
Hemos entrado en el edificio haciendo el recorrido con la audioguía en español. En ella, antiguos oficiales y prisioneros de la cárcel nos cuentan como era el día a día en la prisión desde ambos puntos de vista. También explican varias historias famosas, como la que inspiró la película Fuga de Alcatraz.
Hemos recorrido el patio, la zona de control, la sala de visitas, el comedor y hemos visto la cocina tras unas rejas. Hemos podido entrar a algunas celdas y ver otras desde fuera. También hemos visto los tres pisos de celdas tal y como salen en todas las películas y series.
Hemos ido al pabellón de aislamiento, donde apenas había luz en las celdas (llamadas «agujeros») y en la entrada de cada una de ellas había una gruesa puerta. En el audio un preso explica que cada vez que estaba en este pabellón se arrancaba un botón de la camisa y lo tiraba al aire para luego buscarlo en la oscuridad y que le pasara el tiempo más rápido.
Como curiosidad decir que no se sabe con exactitud cuál era la celda de Al Capone pero pasó parte de sus cuatro años y medio en Alcatraz en el pabellón de aislamiento.
El hecho de tener un audio con una explicación guiada ha hecho que pudiéramos disfrutar más de la visita, a nuestro ritmo. Además, aunque al principio el grupo iba junto, a mitad del recorrido la gente se ha ido dispersando y hemos podido pasear por los pabellones con calma y a veces en solitario. Estos momentos han sido de lo mejor de la visita, ya que se había hecho de noche y la sensación de soledad era aún mayor (ni que decir que también tenía su punto dantesco).
Otro de los momentos estrella de la visita ha sido la puesta de sol desde la isla, con la Bahía de San Francisco y el Golden Gate como telón de fondo. Hemos sido afortunados con el clima, además la falta de nubes ha hecho que disfrutaramos más del momento y de los colores del atardecer, algo poco habitual para las fechas en las que estamos.
Al finalizar el recorrido con la audioguía hemos visto una demostración del sistema de apertura de puertas de las celdas hecha por el «ranger» que nos acompañó al principio. A diferencia del tour diurno, en el nocturno también se puede visitar el hospital ( que abren únicamente durante 30 minutos), pero nosotros no hemos podido llegar a tiempo.
A las 19.15, ya de noche, hemos cogido el último barco que salía de Alcatraz para volver a la Bahía de San Francisco. Algo que muchos presos soñaban cuando oían el jaleo de la ciudad desde sus celdas. De camino hemos hecho las siguientes fotos.
Después de la visita y de reunirnos de nuevo con Saly hemos puesto rumbo a Los Angeles (nuestro último destino) a unos 600 km. de San Francisco.